En el mundo vitivinícola, los seguidores de Baco, y me refiero a los que somos amateur, necesitamos ir enriqueciendo nuestro vocabulario para así entender algo más cuando oigamos comentarios sobre la cata de un vino o leamos una etiqueta de la botella que hemos comprado. Por eso voy a introducir este diccionario de los términos más usados para que, como dice el encabezado de mi blog: “Cuando oigas hablar de vino, que no te suene a chino”.
Abierto: Se refiere al vino con poca densidad de color, bien porque es así, o bien porque con los años ha perdido dicho color y presenta escaso equilibrio en boca.
Acético: Es aquel vino picado o que ha sido afectado por la bacteria acética y que causa el efecto del avinagramiento.
Astringente: Vino que deja una sensación de que se agarra al paladar, al provocar, los taninos (productos orgánicos de la uva), una contracción en las papilas. Esta sensación se va moderando con la crianza.
Baco: Dios romano del vino (en griego, Dionisio)
Brut: Vino espumoso cuya característica principal es que es muy seco.
Clarete: Vino tinto afrutado y ligero. En la fermentación se han macerado muy levemente los hollejos. Se recomienda su consumo muy pronto. No debe confundirse con los vinos rosados.
Hollejos: Piel de la uva
Maceración: Proceso químico por el cual, una vez en contacto los hollejos con el mosto durante la fermentación, se obtienen el color, los taninos y aromas del futuro vino.
Maridaje: Es la técnica que consiste en elegir el mejor vino para la comida que se vaya a realizar. Para ello se debe tener en cuenta tanto las características de dicha comida, como las peculiaridades del vino que se quiera consumir, de forma que ni la una ni el otro se anulen los sabores y aromas entre sí.
Tánico: Vino que posee una marcada astringencia.