26 de septiembre de 2009

UN ADELANTO SOBRE...

LOS VINOS ESPECIALES (I)






Muchas veces oímos hablar de los vinos dulces, del fino de Jerez, de un manzanilla, de cavas y vinos de aguja, etc, pero solo sabemos eso, el nombre por el que se le conoce. En el día de hoy quiero tratar, de forma muy breve, estos caldos. En próximas entradas ya hablaré de cada uno de ellos como realmente se merecen estos espléndidos vinos.


VINOS DULCES NATURALES




Estos vinos proceden de mostos que tienen una gran riqueza en azúcar. En el proceso de fermentación (proceso a través del cual el azúcar de la uva se convierte en alcohol y en carbónico) se le añade más alcohol, deteniéndose la fermentación natural y, conservando por tanto una elevada parte del azúcar natural de la uva.


Son los vinos ideales para postres. Entre los vinos más prestigiosos en el mundo de este tipo se encuentran el Sauternes de Francia, el Tokay de Hungría y el Pedro Ximénez de España.




VINOS GENEROSOS


Estos vinos son secos y con muchísimo aroma. Para su elaboración, los racimos de uva una vez recolectados se disponen al sol para así aumentar su concentración en azúcar. Los vinos de Jerez son el máximo representante de estos vinos y varían según su tratamiento, tipo de envejecimiento o zona de producción.

Podemos encontrar las siguientes variedades: Fino: Se sirve frío con los aperitivos o para acompañar tapas de pescado. Manzanilla: es el fino elaborado en Sanlúcar de Barrameda. Olorosos: son vinos con mucho cuerpo y elevadamente aromáticos. Amontillado: vinos secos con 16 o 18 grados.



VINOS LICOROSOS

Son vinos dulces naturales cuya graduación está comprendida entre los 13,5 y 23 grados y a los que se les ha añadido alcohol vínico.


VERMUTS

Estos vinos se obtienen a partir de un vino base a los que se les ha añadido extractos naturales autorizados.

21 de septiembre de 2009

UN DIA DE VENDIMIA FAMILIAR



Todo productor de vino espera este día más que nada en el mundo. Se verá el resultado de todo un año cuidando la viña: regarla, podarla, sulfatarla, volver a podar las puntas si hace falta, sulfatar y sulfatar. Mimarla hasta el cansancio.

Pero este año todo este esfuerzo no sirvió para casi nada. Mala, malísima cosecha en toda la zona. La comúnmente conocida ceniza dejó la cosecha en un tercio en el mejor de los casos.

Pero bueno, es lo que toca y a mal día buena cara. Y eso que cuando empezamos estaba lloviendo.

A muy temprana hora de la mañana se reúnen los integrantes de las cuadrillas de vendimiadores, que sin prisa pero sin pausa (lo mejor es que el sol no caliente las uvas para que cuando lleguen al lagar puedan empezar una fermentación en las mejores condiciones) empiezan a cortar y separar las uvas aptas de las no aptas destinadas al vino. Hay familiares y amigos, ancianos y jóvenes, mujeres y hombres, niños y algún que otro bebé que pasa a saludarnos.

Este es el día que muchos esperamos porque es el único en todo el año que coincidimos.

Tijeras de podar en mano, o cuchillos en algunos casos (hay que tener destreza para no dañar el racimo y para no cortarse), se distribuyen los grupos y empieza el trabajo. Este año, como hay mucho que seleccionar pero poca uva, todos se unen en un solo grupo.


Mientras unos cortan, otros trasladan las cestas a la bodega. Allí se separan las uvas del racimo a través de una máquina y son transportadas al lagar. Avanzan las horas y sube el nivel de mosto (muy poco este año). La persona responsable de la despalilladora vigila que en la entrada de los racimos a la bodega no se cuelen hojas o racimos no válidos para la fermentación.

Por su parte, los niños corretean de un lado para el otro. Los no tan niños se encargan de entretenerlos. La cocinera a lo suyo: preparar la primera parada y el almuerzo.

Entre los temas de conversación, lo típico. Menos de las uvas, de todo lo que se le ocurra al personal: la familia, el fútbol, los niños empiezan el cole, el trabajo, la falta de trabajo, el gobierno, la prensa rosa, etc, etc. Pero al bodeguero, que al mismo tiempo que corta los racimos va supervisando todo el proceso, todos estos temas los atiende superficialmente. Su pensamiento sólo está en el vino que se obtendrá este año.

Próxima parada: descanso. Media cosecha realizada. Hay que restituir las fuerzas perdidas. Un par de vasitos de vino de la anterior cosecha, un par de pinchitos de pan con chorizo, queso, salchichón y mortadela y unas carcajadas añadidas.

Volvemos al trabajo. Algo más de uvas y algo más de mosto. Más risas y más cansancio. Pero todo tiene su fin y la vendimia no iba a ser menos. Al final todo el mundo pregunta sobre la cosecha. Si ha sido buena o no, si era lo que se esperaba o nos sorprendió el resultado. El caso, es comentar algo. Y cómo no, esto es como el fútbol: todo el mundo sabe sobre el tema: “este año va a salir un buen vino”, “ le noto al mosto un color más oscuro que el año anterior”, etc, etc.

El bodeguero ya había preparado en los días anteriores a la vendimia las barricas, donde tras fermentar durante unas cuarenta y ocho horas, va a ser depositado el mosto para que siga su proceso de elaboración.

Toca limpieza de material y máquinas usadas. Toca beberse un par de vasos más de vino y dar las gracias al cielo por no descargar la lluvia amenazante de primera hora o por no haber sido un día fuerte de calor. Y toca, sobre todo, almorzar. Gofio amasado, papas, pescado salado, mojo de azafrán, ensalada y frutas, todo aliñado con un buen vino y una agradable conversación. Al final, el café y la partida de cartas entre los de siempre.

Unos se van y otros se han ido: los más se quedan a la sobremesa. Termina la jornada y hasta otro año si Dios quiere. A partir de ahora, es cosa sólo del bodeguero. ¡Suerte con el vino amigo!


- ¡Hasta el año que viene señores y señoras!

- ¡Hasta la próxima vendimia!


RECETAS CON VINO

Aquí doy entrada a una receta que me han enviado y que parece ser muy sencilla y estar muy pero que muy buena. Espero que les guste.


BONIATOS A LA IMPORTANCIA
(con un albariño)




INGREDIENTES

3 boniatos no muy grandes.
1 cebolla.
1 huevo.
Harina.
Azafrán.
1 vaso de vino de Albariño.
1 taza de caldo de carne.



RECETA


Pelamos los boniatos y los cortamos en rodajas no muy finas (1 cm), les ponemos sal y los rebozamos en harina y huevo. A continuación los freímos en abundante aceite hasta que estén dorados. Los sacamos y reservamos en un plato.

En otro sartén con un poco de aceite en el fondo sofreímos la cebolla cortada fina, con el ajo y el perejil machacados.

Fuera del fuego y cuando no esté demasiado caliente, añadimos el vino y el caldo, con el azafrán desmenuzado. Damos un hervor para evaporar el alcohol y metemos los boniatos para que se vayan cociendo lentamente (media hora aproximadamente).

A disfrutar amigos vino-terrícolas.

15 de septiembre de 2009

5 APUNTES SOBRE EL VINO

1. ¿Sabías que el ser un Crianza, Reserva o Gran Reserva no quiere decir tener más calidad? Efectivamente, la calidad no la da su tiempo de estancia en barrica y botella. Simplemente nos da otro tipo de vino, que por lo general, tiene también un periodo de caducidad. El ser un Gran Reserva no nos indica que cuantos más años lo guardemos mejor estará.

2. ¿Por qué tiene el vino tinto ese color característico? El color del vino tinto es debido a que unos componentes llamados antocianos y que están en la piel de la uva, se ponen en contacto con el líquido a la hora de la fermentación y le aportan ese color, que será más o menos intenso en función del tiempo que estén en contacto.

3. ¿Cuántos sabores podemos apreciar en la boca al catar un vino? Cinco. El dulce, el amargo, al ácido, el salado y el umami. Este último significa sabroso y lo produce una sustancia natural llamada glutamato monosódico.


4. ¿Sabes por qué los vinos con mucho cuerpo te producen una sensación en la lengua de astringencia? Porque al contacto de los taninos (componentes del vino) con la mucina (glucoproteína que se segrega en la boca), ésta última se coagula dando esa sensación.

5. La temperatura ambiente y, por lo tanto, ideal para tomar un vino, ¿es la que hay en ese instante en el lugar donde te encuentras? No. Tanto los vinos blancos, rosados, dulces, como los espumosos o los tintos, sean vinos nuevos o reservas, tienen su temperatura ideal para beberlos. Es un gran error tomarse el vino a la temperatura que marca el termómetro en el lugar que estemos, salvo que coincida con la ideal. En muchas botellas viene indicado la temperatura aconsejable para su consumo.

TEMA ESPECIFICO: Cómo te deben servir un vino

Cuando pides un vino como bebida de acompañamiento en tu comida, el camarero (si es un sommelier lo debe saber) debe seguir un procedimiento:

El primer paso en el servicio es la presentación del vino a la persona que lo haya pedido. Seguidamente cortará la cápsula, limpiará el cuello de la botella y la descorchará. El sommelier olerá el corcho (este paso lo hará con atención especial a los olores extraños, tipo vinagre, hongos, etc.). En caso de que no presente ningún olor que desaconseje el consumo del vino, presentará el corcho al cliente, limpiará de nuevo el gollete y se servirá un poco para analizar el estado del vino.


A continuación servirá un poco al solicitante del vino. Si el cliente lo acepta, el sommelier servirá el vino al resto de comensales. Existe un sistema clásico que consiste en servir primero a la señora de mayor edad finalizando por la más joven. Después se servirá al señor de mayor edad finalizando por el más joven. Finalmente se servirá a la persona que solicitó y cató el vino.

Una vez abiertos, los vinos deben mantenerse a la temperatura idónea para su consumo. Para ello será necesario el uso de cubitera con hielo y agua si fuera necesario. El cestillo se recomienda cuando se consuma vino tinto. De esta forma no corremos el riesgo de encontrarnos con cualquier tipo de poso. En caso de ser necesario la decantación, el vino se presentará en el decantador, acompañado, eso sí, por la botella que lo contenía.

Importante: la etiqueta del vino que se ha solicitado siempre debe estar visible.

14 de septiembre de 2009

Bienvenidos a mi blogdega

Hola:

Como amante del vino, del buen vino se entiende, quiero abrir este espacio para todos aquellos que estén interesados en aprender, oír sugerencias, refrescar su información y, como no, si lo desean, aportar conocimientos y experiencia sobre este preciado líquido. No pretendo con esto ser un maestro del tema. Al contrario. Quiero aprender más y más sobre una bebida que no termina nunca de aportarnos nuevas sensaciones.

Si deseas introducirte en este magnífico mundo, aquí podrás encontrar desde los principales consejos que debes tener en cuenta a la hora de comprar o pedir un vino en un restaurante, hasta ampliar tus conocimientos sobre su elaboración y su guarda en tu casa. Cómo servir de forma correcta un vino ante tus invitados o cómo elegir el vino adecuado para tu comida. También conocerás restaurantes que tratan bien el vino y libros que hablan sobre él.

Si ya conoces este mundo y deseas sugerir vinos o restaurantes donde cuiden su servicio, estamos abiertos a que nos reveles tus secretos.

Y si eres un experto, espero que este blog te guste y confiamos que participes con tus comentarios ayudándonos así a ser mejores conocedores del vino.

Severo Díaz Casanova