¿Por qué estamos empeñados siempre en comparar al Cava con el Champagne? ¿Comparamos el vino blanco con el tinto? O acaso ¿comparamos un rosado con un generoso? Es normal que prefiramos uno a otro, como podemos preferir la carne de res a la de pollo. Pero siempre y cuando tengamos en cuenta que entre el Cava y el Champagne hay varias diferencias muy claras que transforma en estéril cualquier confrontamiento entre uno y otro. A continuación enumeraremos de forma muy breve las principales.
SIMILITUD
Primero digamos en lo que se parecen. Son vinos espumosos naturales procedentes de variedades de uva, que contienen dióxido de carbono como consecuencia de una segunda fermentación. El gas carbónico proviene de la acción de las levaduras sobre azúcares añadidos al vino. Cuando descorchamos una botella y servimos el vino, se forma una espuma de cierta duración y posteriormente se desprenden burbujas de forma continua. El tamaño de la burbuja y la velocidad a la que asciende desde el fondo de la copa pueden indicarnos la calidad del vino espumoso.
DIFERENCIAS
Principales zonas de producción.
El Cava se produce en su casi totalidad en Cataluña, concretamente en la zona del Penedés. El Champagne está situada mayoritariamente en el noreste de Francia.
Las variedades de uva.
Para la producción del Cava se utilizan en mayor medida tres variedades de uvas blancas: Macabeo (también llamada Viura), Xarel-lo y Parellada y en menor medida y de forma complementaria la blanca Subirat, la tinta Garnacha y la Monastrell entre otras. Para la producción del Champagne se utilizan primordialmente una variedad blanca, la Chardonnay, y dos tintas, la Pinot Menuier y la Pinot Noir.
Técnicas de vinificación.
Entre las muchas diferencias entre los dos vinos espumosos en este apartado, destacamos que el tiempo mínimo que una botella ha de estar en rima es de nueve meses para el Cava y de un año para el Champagne.
El sabor y el aroma.
En nariz, el Cava presenta notas de flores, frutas y cítricos, mientras que el Champagne está marcado por frutas rojas, avellana y aromas más densos. En boca, el Cava es muy aromático, con una estructura ligera. El equilibrio entre acidez y azúcar se inclina hacia el lado refrescante, lo que le da más nervios y fogosidad. El Champagne es más complejo. Su equilibrio se enriquece por el eje de los taninos.
Espero que esta breve información sea de ayuda para poder diferenciar uno de otro y poder apreciar cada una de las particularidades que hacen diferentes, que no enemigos, a estos estupendos espumosos.
Desde La Blogdega de Severo,
te deseo unas Felices Fiestas
y un próspero año 2011